Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

15 La leyenda de El Dorado se originó con la llegada de los españoles al continente americano cuando descubrieron que el cacique de un pueblo de los chibchas, en el territorio de lo que actualmente es Colombia y Venezuela, practicaba una ceremonia en la cual se esparcía en una laguna oro en polvo, él mismo se empapaba con oro en polvo para luego sumergirse en ella, arrojaba también valiosas ofrendas consistentes en piezas de oro y esmeraldas, haciendo lo mismo los demás integrantes del grupo. Así se extendió el mito de El Dorado, por distintos lugares de América y llegó a Mojos, lugar donde se creía que se encontraba la codiciada ciudad llena de oro y riquezas. Similares son las leyendas del reino de El Paititi; del Enín; y del país de La Canela. Variadas fueron las expediciones de extranjeros que se aventuraron en busca de tan rica ciudad; pero todos fracasaron en el intento. 2.1.1. Contexto de la conquista y evangelización en Mojos Los intentos españoles por ingresar a las tierras de los Mojos se realizaron desde diferentes puntos. Desde el Cuzco a partir de 1536 – 1537 y posteriormente, desde Santa Cruz. Sin embargo, recién en 1595, los españoles lograron arribar al territorio propiamente mojeño con la expedición que organizó Lorenzo Suárez de Figueroa, Gobernador de Santa Cruz, a la que acompañó el jesuita Jerónimo de Andión de quien se tienen las primeras descripciones sobre los indios Mojos. Posteriormente otros conquistadores como Juan Mendoza y Mate de Luna ingresaron en 1602 y Gonzalo Solís Holguín ingresó en 1617. Los españoles desilusionados al no encontrar riquezas suspendieron las expediciones a Mojos hasta la segunda mitad del siglo XVII. En este siglo se reinician las expediciones, esta vez, protagonizadas por los jesuitas para evangelizar a los indígenas (Cf. CHÁVEZ 1986; BLOCK 1997; ARCE 1987; LEHM 1999).

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