Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
25 los trinitarios, quienes argumentaban que no había rey que mandara, por lo tanto, ellos ya no reconocían la autoridad de ningún Gobernador. Urquijo insistió con los itonamas y loretanos, intento que también fracasó. Parecía que nadie quería someterse al sacrificio de los remos, trabajo que en aquella época era el más arduo y sacrificado, es decir, era el exponente de la explotación indígena, puesto que no se remuneraba de ninguna manera. Tal trabajo fue comparado por algunos escritores con la mit’a en el occidente. Los esfuerzos realizados por el cacique Gonzáles para evitar el enfrentamiento entre etnias se registran en las reiteradas cartas dirigidas al cacique de la capital. 2.3.2. Gobierno indígena Llamamos “gobierno indígena” a la instalación del mando en Trinidad y Loreto por parte de Pedro Ignacio y José Bopi, respectivamente, al presentarse el Gobernador reclamando la debida obediencia y sumisión de los dos pueblos. Estos se declararon libres, permaneciendo así desde el 9 de noviembre de 1810, hasta el 15 de enero de 1811, fecha en que fueron derrotados por el enemigo. Ante la manifiesta desobediencia de los indios a tripular las embarcaciones ordenadas por Urquijo (Gobernador), éste se trasladó de San Pedro (La Capital) a Trinidad decidido a imponer su autoridad y a exigir el cumplimiento de sus órdenes. Lo hizo acompañado de Maraza y de cuarenta soldados canichanas. Ni el cacique, ni los jueces estuvieron a recibir al Gobernador lo cual ya era un abierto desacato. En su lugar empezó un alboroto callejero el cual es referido por el secretario de Urquijo, Lucas José de Gonzáles en un memorial dirigido a la Audiencia de Charcas y concebido en los siguientes términos:
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