Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

36 sería muy bueno el muchacho, era estudiado. También había estudiado en el colegio militar y pensaba cómo lo iba a defender a su gente […]. Tenía buena letra, castellano, no se reían de él, el Prefecto ni las autoridades ya. Entonces dice que decían ¿cómo será ese Santos Noco? ¿Será blanco, rubio, zarco, él era indígena como yo pero de inteligencia, estudiante (entrevista a Natividad de Plantota, 14/03/1988; citada en LEHM 1999:65). De este líder, se sabe también que predicaba en lengua moja diciéndoles a sus hermanos lo que iba a pasar: El predicaba en dialecto y todo lo que dijo salió exacto. El decía que iba a entrar el blanco y los iba a explotar que les iban a quitar sus animales, sus ganaos por trago y así fue que entraron los blancos. Cuando yo me muera ya van a ver, ustedes van a quedar de mozo, sin nada, se van a terminar, no van a tener nada porque el blanco los va a explotar (entrevista a Ambrosio Guardia, 08/12/1987; en LEHM 1999: 66). También se conoce que José Santos Noco mantuvo una relación de distancia y respeto con los blancos, no dejaba entrar a los comerciantes a vender nada, a algunos que le solicitaban permiso los dejaba quedarse solamente por tres días. De esta manera, se ha evidenciado, que Santos Noco estableció un espacio de relativa autonomía en la banda occidental del Mamoré, donde no se toleraba la estadía de los blancos por mucho tiempo. Al respecto el viajero Nordenskiold, quien visitó la región en 1910 y 1911 anotó: Una parte de los Mojos civilizados de Trinidad, se han retirado a esas tierras salvajes para poder vivir independientes del hombre blanco. Están dirigidos por un mojo, Santos Noco […]. Puede parecer extraño que el gobierno boliviano tolere a un personaje como Santos Noco pero en verdad, no es por debilidad. Esto, ante todo, se debe a que las autoridades saben que si reinician las expediciones armadas, él desaparecerá con su pueblo en las selvas vírgenes donde tal vez terminarían por readaptarse a ella […]. Desgraciadamente, no tuve tiempo de visitar a Santos Noco, además de ser un viaje bastante caro me parecía muy arriesgado ya que no podía quedarme en su dominio por más de 24 horas (Nordenskiold 1911, citado en LEHM 1999: 68).

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