Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
153 4.3.2. Falta de actividad física y cognitiva como elementos obstaculizadores del bienestar La falta de actividad física y cognitiva condicionan el bienestar del adulto mayor. Respecto al desarrollo físico, la motricidad es un área afectada con el paso de los años, los adultos mayores tienen menor fuerza y esto limita ciertas actividades. Los músculos más debilitados son los inferiores por eso existe menor resistencia para caminar o correr, otro aspecto físico afectado es la flexibilidad. (Cf. PAPALIA 2004: 689). Los cambios que se presentan al envejecer, varían respecto a la edad en que comienzan, al sexo del individuo y su estilo de vida. Esto deriva en problemas físicos y psicológicos que empeoran la calidad de vida de las personas mayores, pero sus efectos pueden verse retrasados con la práctica regular de ejercicio. Estos problemas pueden generar otros trastornos, es decir, si cada vez se hace más difícil la coordinación de movimientos, se provoca una disminución en la calidad de vida de las personas, estas se vuelven más pasivas y más dependientes de otras personas. (Cf. MELENDEZ, 2000). Asimismo, se debe considerar que muchas enfermedades físicas propias de la edad como la artritis, artrosis, reumatismo, osteoporosis dificultan la realización de actividad física en el adulto mayor y peor aún si muchos de ellos han sufrido accidentes que dañaron columna, cadera, miembros superiores o inferiores. El ejercicio produce efectos saludables, tanto previniendo la aparición de trastornos de salud como facilitando el tratamiento de los mismos. (Cf. BLASCO,1997). En este sentido, en relación con la salud, la actividad física tiene dos funciones básicas: la función preventiva y la función rehabilitadora o terapéutica. En gente mayor, el ejercicio físico retrasa la aparición de otras enfermedades asociadas al envejecimiento, mejora la seguridad en sí mismo y facilita el desarrollo de una buena calidad de vida en edades avanzadas.
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