Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

17 logros o metas definidas y tener un proceso de envejecimiento digno. Así como mencionan Pelaez y Domínguez (1982) en estas modificaciones deben participar el estado, las organizaciones sociales, la comunidad, la familia y cada uno de los individuos. El principal apoyo para el anciano es su familia, misma que está influida por las condiciones económicas y culturales. Sin embargo, muchas familias pese a las dificultades que puedan existir están dispuestas a brindar ese apoyo económico, afectivo y asistencial a sus padres o abuelos. Las sociedades acostumbran a clasificar a los miembros que la componen en categorías de edad, elaborando unas expectativas sobre cuál debe ser el comportamiento adecuado para cada una de ellas. A quien la sociedad otorga características y le adscribe funciones, le es difícil contrarrestar el significado que ella le ha asignado. En este aspecto donde la vejez adquiere unas peculiaridades diferentes de otras etapas evolutivas del ser humano (ALTARRIBA, 1992:6). La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) ha definido la salud del anciano por su capacidad para funcionar, y no por las limitaciones, discapacidad o enfermedad que presente. Así, la calidad de vida de las personas mayores está estrechamente relacionada con la capacidad funcional y el conjunto de condiciones que le permiten mantener su participación en su propio autocuidado y en la vida familiar y social (Cf. CELADE, 2003). Una investigación realizada por Zavala, Vidal et al. (2008), muestra los roles que cumplen las personas mayores, entre estos destacan: Rol de Autocuidado, Rol de Familia y Rol Ocupacional. Las áreas con mayor dificultad son: Rol de Parentesco, Rol de Pareja, Rol de Ciudadano y Rol Social. En todas ellas, menos de un 50% se califica como “Funcional”. Estas áreas están en relación con las relaciones interpersonales y con el entorno, lo que se puede observar es que los adultos mayores presentan ciertas dificultades en estos aspectos.

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