Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
24 La Renta Dignidad, el Seguro para el Adulto Mayor, los descuentos en servicios y la atención sin hacer fila son importantes avances de la política social. Sin embargo, muchas de esas normas no se cumplen. Por ejemplo, se ha reservado los primeros asientos de los buses de transporte público para los adultos mayores y personas con discapacidad. En horas de alta afluencia de pasajeros, los adultos mayores tienen que ir de pie porque esos sitios están ocupados. Peor aún, algunos conductores de buses apresuran a las personas mayores que con dificultad tratan de abordar el vehículo. Sabemos también que una de las razones más comunes que motiva a muchas familias para no mostrar preocupación alguna por los miembros de edad avanzada, es la mentalidad que tiene la familia respecto a la responsabilidad que implica hacerse cargo de la atención del adulto mayor en el hogar. En nuestro país, muchas veces la persona de edad avanzada, es considerada como una carga para su familia porque ya no aporta económicamente, ya no es productiva. Así se rompe la relación entre el adulto mayor y su familia, este se siente aislado, abandonado y muchas veces la familia lo deja en un asilo o a veces el adulto mayor decide irse a un Hogar de ancianos o asilo (Cf. RICE, 1999). A manera de antecedentes se puede mencionar que la creación de asilos de adultos mayores en el país data de principios de siglo, los cuales fueron impulsados básicamente por congregaciones religiosas. El primer asilo fue creado en el país, aproximadamente el año 1906 y se trata del Asilo San Ramón, que se encuentra en el departamento de La Paz, actualmente es uno de los más grandes del país (Cf. IRIARTE, 1999). Los gobiernos departamentales tienen una unidad de Gestión Social (SEDEGES) encargada de la atención gubernamental de las personas mayores. Esta unidad se encarga básicamente de la asistencia a los asilos de adultos mayores que dependen del Estado y la atención de algunos comedores y centros de día. Los Asilos cuentan con un mínimo aporte económico de parte del Estado de 8 bolivianos por día por cada adulto mayor. La red de defensa del anciano está formada por casi todas las instituciones que en el país trabajan por las personas adultas mayores, la integran organismos estatales, la Iglesia
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