Universidad Católica Boliviana "San Pablo"
43 cambios auditivos son más frecuentes que los cambios visuales y se presentan más en hombres que en mujeres (Cf. CORNACHIONE, 2008:93). Entre los cambios auditivos que se producen en el envejecimiento cabe destacar los siguientes: reducción del umbral auditivo, que puede acontecer por la frecuente exposición a ruidos elevados; aparición progresiva de dificultades para discriminar las diferentes frecuencias de los sonidos; mayor sensibilidad a la interferencia de los ruidos o fondo, que impiden una buena captación de otras señales más importantes; dificultades en la localización del sonido (CORNACHIONE, 2008:94). Muchas veces las pérdidas en la audición generan una imagen de que las personas ancianas son distraídas o despistadas. Hoy en día existen audífonos que intentan mejorar esta dificultad, sin embargo, muchas veces estos también aumentan los ruidos de fondo ocasionando molestias en la gente que los utiliza (Cf. PAPALIA, 2004:688). En cuanto al olfato, se dificulta la percepción de aromas y esto a su vez afecta el sentido del gusto que se encuentra en estrecha relación, las papilas gustativas disminuyen y es por esta razón que muchas personas mayores se quejan por el sabor de las comidas o se aumentan mucha sal (Cf. ASILI 2004:40). Según Cornachione (2008:93) los cambios en los sentidos de gusto y olfato pueden deberse a diversas causas como enfermedades, medicamentos o cirugías. Asimismo, en la vejez se producen alteraciones en algunas vías neuronales y esto puede producir cambios en las percepciones de aromas y sabores haciendo que estos se perciban con menor intensidad o se confundan. En cuanto al sentido del tacto los cambios son menores, se reduce ligeramente la sensibilidad en las palmas de las manos y en las plantas de los pies, pero se conserva en el resto del cuerpo. La motricidad es otra área afectada con el paso de los años, los adultos mayores tienen menor fuerza y esto limita ciertas actividades. Los músculos más debilitados son los inferiores por eso existe menor resistencia para caminar o correr, otro aspecto físico afectado es la flexibilidad (Cf. PAPALIA 2004: 689).
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