Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

49 La situación de los adultos mayores cambia cuando tienen que enfrentar una enfermedad crónica, por las incapacidades físicas y mentales que esta conlleva. En estos procesos suelen influir muchos factores como la familia, el hogar, el régimen alimenticio, la actividad física; esto determina el curso de la enfermedad y de la vida de la persona (Cf. DOMÍNGUEZ, 1982:42). La OMS (2015) define el envejecimiento activo como “el proceso de optimización de oportunidades para luchar por la salud, por la participación activa en la vida, y por la seguridad de alcanzar calidad de vida cuando el ser humano envejece”. Para esto es muy importante la percepción subjetiva que las personas tiene de su salud ya que influye en como reaccionen a sus síntomas y si deciden que necesitan atención médica. En la vejez esta percepción puede depender del bienestar psicológico y del nivel económico de la persona mayor. 2.1.1.5. Actividad Física Para los adultos mayores es necesario un programa de ejercicio adecuado a sus capacidades ya que este puede prevenir muchos cambios asociados con el envejecimiento normal. El ejercicio ayuda a fortalecer el corazón y los pulmones y disminuye el estrés. Además, protege contra varias enfermedades como la hipertensión, enfermedad cardiaca, osteoporosis y diabetes (Cf. PAPALIA, 2004). La capacidad motora declina con la edad, la mayor parte del deterioro ocurre después de los 30 años, también se pierde fuerza en los músculos y disminuye la resistencia en cualquier actividad produciéndose fatiga de manera más rápida, esto dependerá de las condiciones físicas de cada persona y de la realización de ejercicios físicos regulares en su juventud (Cf. RICE, 1999). La OMS (2016) recomienda que los adultos de más de 65 años dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas. La evidencia demuestra que los adultos mayores que realizan más actividad presentan menores tasas de

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