Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

17 INTRODUCCIÓN Desde sus inicios, la premisa de la vivienda fue la de satisfacer las necesidades del ser humano. Sin embargo, con el desarrollo de sus capacidades y habilidades; sus necesidades se complejizaron y la capacidad de satisfacción de las mismas comenzaron a involucrar la disminución de los recursos naturales y la afectación directa al medio ambiente. Hoy en día el panorama se ha agravado, debido a un indiscriminado uso de los recursos naturales y la poca preocupación de poner en peligro la capacidad de las futuras generaciones de suplir sus necesidades basadas en el uso de recursos naturales ya casi agotados. Actualmente, la industria de la construcción es responsable de uno de los mayores impactos ambientales y es la mayor consumidora de recursos naturales, por este motivo se ve en la obligación de incorporar nuevos enfoques de trabajo y cambiar el paradigma de la construcción, pasando de un sistema constructivo lineal e insostenible a un sistema circular cerrado, correspondiente a una construcción eficiente y sustentable, con un desarrollo y crecimiento orgánico, de la mano de nuevos materiales amigables con el medio ambiente, con una eficiencia constructiva que logre el equilibrio de la construcción con el entorno natural y el habitante. De esta manera surge la Vivienda Unifamiliar de Bajo Impacto Ambiental (VUBIAM), como una propuesta de edificación habitacional que cumple con las necesidades y comodidades básicas del usuario, creando una relación integral con la naturaleza a través de la utilización positiva de las condiciones medioambientales y los materiales empleados, logrando de esta manera una sinergia entre la edificación y el entorno que la rodea; en plena relación armónica entre el habitante, la construcción y el medio ambiente. Por otra parte, Claudia Muñoz (2012), tras un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) realizado a una vivienda unifamiliar de 220 m2, establece que la mayor fase de contaminación de una vivienda reside en la etapa de uso, con una demanda energética de 46 kW/m 2 , representando un 65,4% del total de energía consumida en toda la vida útil de la vivienda, identificando de esta manera a la fase de uso como la etapa con mayor impacto ambiental. Bajo este criterio, la investigación tiene como propósito disminuir el impacto ambiental de la vivienda a partir del aumento del confort térmico al interior de sus ambientes, interviniendo directamente en la etapa identificada como la más contaminante. De este modo, el tema de estudio comprende el planteamiento de directrices de diseño, las cuales buscan el aumento

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