Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

15 trabajo de una EIF se basa en buscar la mejor relación entre rentabilidad-riesgo en que se genere mayor valor. Existe una necesidad de una gestión del capital y riesgo adecuado, “la conexión entre el riesgo y el valor se destaca en el concepto de capital” (Kraus, 2012), “la gestión del capital, es ante todo, impulsada por el riesgo, ya que el riesgo puede desencadenar en pérdidas que agoten el capital, los bancos deben considerar las posibles pérdidas inesperadas que están asociados con cada actividad” (Baer, Mehta, & Samandari, 2011). En el afán de generar más valor para los accionistas los bancos se exponen a una gran variedad de riesgos, a raíz de las diferentes crisis de crédito ocasionadas por una mala gestión de rentabilidad-riesgo, los entes reguladores empezaron a poner mayor atención en este tema, del cual surgieron los Acuerdos de Capital de Basilea, en 1988 Basilea introdujo los requisitos de solvencia mínima que pretendían ser la clave para el equilibrio entre la relación rentabilidad-riesgo, cuyo fin era establecer un nivel de capital adecuado que absorba las posibles pérdidas inesperadas procedentes de las operaciones de la EIF, coeficiente se determina en base al capital de la EIF y sus activos ponderados por riesgo (es decir las garantías), ratio que establece un nivel de capital mínimo de 8% que después se convirtió en una medida estándar de solvencia mínima adoptado en más de cien países. El nivel mínimo de capital que el ente regulador impone sobre la EIF para hacer frente a las posibles pérdidas inesperadas que pueda sufrir producto de sus actividades y que no son cubiertas por las previsiones se denomina Capital Regulatorio , Basilea permite que la EIF diseñe sus propios sistemas y modelos internos para la gestión de riesgos que permiten a la entidad ajustar a sus necesidades de capital en función al nivel de riesgos al que está expuesto, esta brecha de ajuste se denomina Capital Económico. En este marco, los requerimientos de capital